Marketing de la singularidad perdida

No hace mucho discutíamos en una reunión del Club I+ (http://riorevuelto.org/site/index.php?text=ag_2&tipo=club&modo=reu&id_evento=433&filtro=&offset=0&nom=club) acerca del acelerado proceso de copamiento de la esfera individual por parte del marketing y la publicidad. Luego de analizar varios casos de naming (venta de nombres de lugares públicos a empresas), nos preguntábamos por cuánto estaría dispuesta una persona a cambiar su propio nombre por el de una marca. Pues bien, si a alguno le parece extrema la especulación o aún hay incrédulos que desconfíen de la complejidad de nuestra cultura, vean lo que ha hecho Fred Bosch, empleado de la agencia Leo Brunett de España, en su brazo…

Según el sitio oficial de la Agencia (http://www.leoburnett.es/fredsarm/) Fred llevaba tiempo queriendo hacerse un tatuaje hasta que se decidió a tatuarse un código de barras QR (esos que pueden ser leídos con la camarita de un celular) con la posibilidad de cambiar su contenido. Ahora, ya con su brazo tatuado, Bosch vende el mismo al mejor postor, literalmente! Está subastando a empresas y particulares que quieran anunciar en su brazo y así pasearse con su nueva "marca".

Más allá de la estupidez, el gesto de Fred quizás resulta un buen descriptor del sentido de la individualidad del que carece buena parte de la población. Ante la mirada cómplice de una cultura en la que se festejan estas muecas, vale la pena arrojar un haz de luz que deje a la vista lo que se pierde cuando algunos creen estar ganando algo…

Riorevuelto
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