Inconsistencia y falta de criticismo

Por Mercedes Rojas Machado

Rachid Bouhia, jefe de la División de Investigaciones y Estudios Demográficos del Insee, Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos de Francia, ha realizado este año una investigación acerca de la relación entre el riesgo de mortalidad y la situación conyugal, basado en los censos franceses de los años 1999 y 2004. Su versión extendida, Family profiles exposure to mortality risk, presenta un curioso parecido con un trabajo citado ahí mismo: Diferencias sociales y familiares de mortalidad a edades activas: ¿Cuáles son las diferencias entre las mujeres y los hombres?(1) de Isabelle Robert-Bobée y Christian Monteil, escrito en 2003. De hecho, la lectura de éste nos hace dudar del aporte de Bouhia; prácticamente todo lo enunciado en su investigación fue trabajado con mayor detalle y profundidad por los autores ya mencionados (sin ser satisfactorio en su totalidad).

El fenómeno es abarcado desde una perspectiva miope y superficial, sobre todo si tenemos en cuenta la universalización y extrapolación de datos que pertenecen únicamente a Francia. Ninguno de los autores en cuestión tuvo en cuenta estadísticas o informes oficiales de otros países que permitan demostrar dicha relación a nivel mundial. Estamos ante una falacia semántica que pretende obstaculizar una mirada crítica sobre la familia y la pareja actuando en detrimento de la visualización de su crisis como institución social. Intenta ocultar sus desfases, sus rupturas y su incapacidad de satisfacer las necesidades individuales en términos generales y colectivos.

Más allá de la eficacia cuestionable de las ciencias sociales a la hora de brindar perspectivas imparciales acerca de la realidad; los presupuestos epistemológicos y metodológicos de esta investigación, afortunadamente, nos llevan directo al escepticismo extremo. Una institución como el Insee, que se precia de promover conocimiento científico, no debería olvidar que la familia es una construcción social con fines específicos dentro de la cultura central; mantiene una correspondencia estructural con la organización social, expresa problemas sociales y es generada por las relaciones sociales mismas. El supuesto “rol protector de la pareja” “en todas las épocas y las culturas”(2) no permite ver la complejidad de los fenómenos socioculturales, no tiene en cuenta los cambios generacionales y culturales que ha atravesado la familia a lo largo de la historia, su resignificación y la importancia dentro de los estados modernos, especialmente el Estado Francés. El sesgo más importante de las investigaciones mencionadas queda evidenciado en su perspectiva anacrónica y la naturalización de construcciones sociales poco inocentes que dejan al individuo con escasas posibilidades de realizar proyectos autónomos. El concepto de familia entraña en su subordinación externa aspectos estructurales y funcionales que rigen en una sociedad normatizada.

Dentro de un contexto en el cual las estrategias irresponsables de los estados y todo un conjunto de “científicos” encuentran canales útiles y efectivos para obstaculizar una aprehensión de la realidad independiente, es menester reforzar nuestro escepticismo; no sólo ante las investigaciones científicas, sino también ante los medios de comunicación; especialmente en coberturas tergiversadas y tendenciosas. Este trabajo fue publicado por innumerables medios de comunicación alrededor del mundo; en Argentina el diario Clarín publicó en la sección sociedad: “Comprueban que las personas que están en pareja viven más”. La cobertura de Arab News fue más osada y calamitosa:“Health Advice to All Single Men: Get Married!”; en Le Monde, Francia, “Un estudio del Insee, publicado el miércoles, establece el vínculo entre la situación conyugal y la mortalidad. Según el autor, Rachid Bouhia, los padres de dos niños son los campeones de la longevidad”(3). Claramente, hay una vacuidad total de pensamiento crítico frente a los productos de determinadas instituciones que ocultan su pragmatismo bajo el engañoso velo de la pretensión científica.

(1) Título original: Différentiels sociaux et familiaux de mortalité aux âges actifs: quelles différences entre les femmes et les hommes?

(2) Véase en Monteil C. et Robert-Bobée I. (2003), Différentiels sociaux et familiaux de mortalité aux âges actifs : quelles différences entre les femmes et les hommes ?, Economie et Statistique, à paraître. Pág. 20-21.

(3) “Une étude de l’Insee, publiée mercredi, établit des liens entre situation conjugale et mortalité. Selon l’auteur, Rachid Bouhia, les parents de deux enfants sont les champions de la longévité” 

Riorevuelto
1 Comment
  • ana
    Reply

    Me recuerda al capítulo de Sex & The City donde a Samantha le detectan cáncer de mama:

    Samantha: I don’t understand…how this happened to me?
    Dr: Could be geneteics, but since there’s no breast cancer in your family it could be a variety of factors: diet, lifestyle choices…
    Samantha: Lifestyle choices?!
    Dr:…Some studies have shown women who haven’t had children have an increase chance of getting it.
    Samantha: I see…so I brought this on myself
    (…)
    Samantha: … like it’s my fault! I shouldn’t be punished for not having kids, I should be rewarded! since when did kids become the get-out-of-cancer free card!? He’s basically saying that I’m a whore who deserves quimo!

    20 de September de 2007 at 4:27 pm

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