“Creación asistida”…

"Todavía nunca escribí sobrio una canción, eso no lo puedo hacer. Necesito alcohol y algo más fuerte para catapultar mi cabeza a otro nivel.” Esto fue lo que comentó esta semana el cantante Michael Bublé respecto de cómo se predispone a la hora de escribir canciones, y que constituye una de las tantas muestras de esta especie de “creación asistida” tan común en la actualidad.

En la misma sintonía, me topé con una editorial acerca de una tendencia reciente en la cocina, la “haute stoner cuisine”, que como su nombre indica hace referencia a una nueva “sensibilidad” en el ambiente culinario en donde los chefs están comenzando a crear platos bajo los efectos de la marihuana. La nota no sólo ofrece un vistazo a las naturalizaciones de siempre, como por ejemplo que se plantee que para la gente de este medio (exigente y ajetreado) esta modalidad sea algo razonable como medida para aliviar la presión (“in professional kitchens, where the hours are long, the pace intense and the goal is to deliver pleasure, the need to blow off steam has long involved substances that are mind-altering”), sino que nos invita también a mirar de cerca cuán indisociables parecen hoy en día los procesos de inspiración y creación, y los de consumo de sustancias psicoactivas…

A su vez, es interesante observar aparte de la predisposición que se fomenta, los productos cada vez más burdos y bizarros que surgen (en el caso de la cocina por ejemplo las grandes obras incluyen “hot-dogs mutantes” o “platos que comerías si estuvieras totalmente drogado”). Que esta sensibilidad, esta onda y claramente estas producciones (sean películas, un tema o un plato de comida) peguen, es también signo de la particularidad de los tiempos que estamos viviendo.

Lo más insólito de todo es que se hable de que muchos de estos chefs (y de nuevo abstraigámonos de la rama específica, porque bien puede extrapolarse a otras áreas) están intentando “crear algo contracultural y sofisticado” (sic!). Mi pregunta es, ¿qué tiene de contracultural todo esto, cuando no sólo le sigue la corriente a una de las tendencias más nocivas de la actualidad, sino que además es algo poco novedoso? Ya hemos visto este discurso cientos de veces antes (en los 60s, 70s y 80s) –a su vez me pregunto qué cambios significativos surgieron del mismo.

Por definición algo contracultural debería ir contra el orden cultural imperante. ¿Por qué no promover una construcción/creación donde el individuo esté ante todo en control de sus sentidos, donde no requiera de juegos de distorsión para inspirarse y se estimule realmente la imaginación, donde la apreciación de la complejidad presente (y de la propia) sea el insumo básico para hacer algo? ¿Por qué apostar al atontamiento antes que a la lucidez?

Michael Bublé compone temas borracho
http://ar.entertainment.yahoo.com/25052010/43/entertainment-michael-bubl-xe9-compone-temas.html

Marijuana Fuels a New Kitchen Culture

Laura
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  • cristina asch
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    Totalmente de acuerdo.Contracultural nunca es moda, es riesgo, es para valientes, gente que buca vivir lo profndo de la vida y no "apaecer en la foto de facebook".Los hay, pero son pocos, no "ces conveniente" sale muy caro desde el pnto de vista del riesgo y la inversion afectiva.Pero es lo unico que izo y hara arte, musica,pintura,trascedencia.¿solo para pocos? una pena.Estamos en la sociedad mas mediada de la historia y los clones se confunden con lo poco verdadero.Epoca bizarra,donde hay que desconfiar no del otro sino de uno, de los 5 sentidos que hablan los orientales, y trabajar mucho por dentro.
    Pero eso no se ve ni se retoca con photoshop.

    29 de May de 2010 at 9:13 pm

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