Sobre la violencia intra-familiar y los casos de “self-immolation”

“La violencia en las vidas de las mujeres de Afganistán viene de todas partes: de su padre o hermano, de su esposo, de su suegro, de su suegra, de su cuñado y de su cuñada”. Esto lo dice el doctor Shafiqa Eanin, un cirujano plástico que atiende a mujeres quemadas en un hospital de la capital, en donde las víctimas por quemaduras producidas en actos de “self-immolation” son cosa de todos los días (y se registran en aumento).

Quería entonces compartir con uds esta nota que habla del tremendo trato al que son sometidas las mujeres afganas, quienes víctimas de abusos y violencia intra-familiar, deciden quemarse vivas –esto cuando no hay agresiones realizadas directamente por parte de sus parientes– para escapar de su infeliz situación (la mayoría son casadas a la fuerza desde muy jóvenes).

Más allá de que hay muchos elementos para analizar, lo que no deja de llamarme la atención, aún en un marco cultural controversial donde la mujer se encuentra relegada y casi sin derechos, es que la agresión provenga precisamente de las propias personas que deberían (o eso se supone) velar por su protección y bienestar, revelando como el ocultamiento, la mentira y la violencia se vuelven parte intrínseca de la vida familiar.

Sin irnos al extremo, pero también observando varios episodios recientes en la Argentina, donde el maltrato en la pareja ha ido escalando en el último tiempo (o al menos se ha hecho más visible), resultaría negador no preguntarse por el funcionamiento y la salud de los vínculos familiares, y qué cosas acerca de la naturaleza de estas relaciones pueden estar alumbrando estos casos.

For Afghan Wives, a Desperate, Fiery Way Out

(Acordate que también podés responder este comentario en IndependNet: http://www.independnet.org/site/index.php#espacial/default//panel_close//////fs_tipo_ppa=24&id_ppa_foco=415)

Laura
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  • Greta
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    Hola Lau!
    Muy interesante, y muy terrible también, este fenómeno que trajiste. Sin embargo, en lo personal, no me parece llamativo el hecho de que la self-immolation se de en familias que se encuentran en un marco social de burda exclusión de la mujer, sino todo lo contrario. Creo que disociar la sociedad en general de la familia, y pretender caracterizarlos de formas opuestas es peligroso si queremos hacer un análisis completo del fenómeno. En definitiva las familias no son “islas” ajenas al resto de la cultura de la sociedad que los rodea, y sin afirmar que ambas son lo mismo y comparten los mismos rasgos, la verdad es que deben tener algún tipo de coherencia funcional que les permita coexistir sin mayores inconvenientes, como de hecho sucede.

    Se me ocurre que una sociedad que en el marco de lo público (en todas sus acepciones: lo visible,/lo que se expone, lo que concierne a todos, el ámbito abierto de debate/del hombre en la pluralidad) es capaz de legitimar prácticas tan espantosas y harto conocidas contra la mujer, en el ámbito privado (del secreto/lo que no se ve, lo que no es objeto de intromisiones) debe generar prácticas muchísimo más atroces.

    En el caso de la Argentina, está buena la pregunta que hacés en torno a si el fenómeno de la violencia domestica creció, o si en realidad se ha vuelto más visible, ya sea porque ocupa lugar en la prensa, porque las agencias gubernamentales hace poco que se atreven a indagar en esta cuestión, porque recién ahora se lo considera un problema (o cuestión socialmente problematizada) o, simplemente, porque ahora la gente se atreve a hacer más denuncias -o todas estas opciones juntas. La respuesta podría ser la que nos revele hasta que punto dejamos de naturalizar ciertas prácticas y nos atrevemos a cuestionar uno de los “pilares” de nuestra sociedad. Sin embargo, se me ocurre que el gran problema en torno a la denuncia de la violencia domestica (con respecto a sus limitaciones para un cuestionamiento más amplio), es que esta suele ser interpretada casi como casos patológicos de un organismo que normalmente funciona bien, en vez de preguntarse, como vos proponés, sobre la misma naturaleza de las relaciones familiares clásicas, sobre si seguir revalidándolas como ese “pilar fundamental”.

    11 de November de 2010 at 7:50 pm

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