El recital como clímax experiencial

Hace unas semanas charlamos en el Club acerca de un fenómeno reciente que se percibía como un indicador más del estado de ánimo actual, la manera en que se construye la idea de diversión y el rol que esto ocupa en nuestras vidas: la invasión de recitales y el precio excesivo de los tickets de los mismos –siendo el caso del show de McCartney el ejemplo más notorio. Ayer salió en el diario la siguiente nota que habla precisamente acerca de los paquetes exclusivos que están saliendo a la venta hoy. En la mayoría de los episodios se apela a vender/ofrecer algo más que el recital, se trata de toda una gama de “experiencias”, ya sea otorgando pases backtasge, acceso a fiestas privadas o incluso al sound-check del show.

En muchos casos, como se señala en el artículo, el objetivo pareciera ser fundamentalmente estar cerca de los “ídolos” (“Lo que impulsa al gasto superlativo no sería el show en sí mismo, sino la fantasía de que el sueño del fanático se haga por fin realidad y exista algún tipo de interacción con los artistas predilectos”); de ser así cabe preguntarse quiénes son estas figuras a las que se está rindiendo culto, y si acaso la atención o los esfuerzos volcados en esto no resultan cuanto menos algo desmedidos.
Simultáneamente, otro punto a ser analizado es cuánto parece valer esta clase de experiencias mediatizables (con camarita digital siempre en mano), y qué simboliza esta valoración de las mismas en referencia al despliegue energético y proyectual de la persona, y las expectativas que tiene.

Les dejo un beso!

Los paquetes más exclusivos
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1328757

Más casos de giras internacionales (algunas que ni llegaron acá) y sus packs premium
http://www.rollingstone.com.ar/1299662

(Acordate que también podés responder este comentario en IndependNet:
http://www.independnet.org/site/index.php#espacial/default/default/panel_close//////fs_tipo_ppa=24&id_ppa_foco=508)

Laura
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