Una época dorada para el “chivo expiatorio”

En tiempos en los que la culpa parece ser siempre de otro y en los que la responsabilidad quema más que una papa caliente, resulta interesante analizar algunos testimonios del reciente libro "Scapegoat: A History of Blaming Other People", de Charlie Campell.

A un nivel muy cotidiano y básico, como señala el autor, los individuos suelen culpar a otros para reducir su propia "disonancia cognitiva", es decir, para diluir el estado de tensión en que se encuentran cuando tienen dos ideas que son contradictorias simultáneamente.

Es posible observar a lo largo de la historia numerosos ejemplos en los que la figura del "chivo expiatorio" surge como reacción individual o colectiva ante la incomprensión de la realidad o bien como simple "deflector" de culpas.

"There are essentially two types of modern or post-ritual scapegoats: those created unconsciously, as an expression of our rage and incomprehension, in whose guilt everyone believes; and those created as a conscious act, by those seeking to deflect blame away from themselves."

Concentrándonos en el primer caso, y obviando situaciones más claras de malicia, corrupción u otros derivados, tal vez podría pensarse que la idea de asignar culpas como consecuencia de la poca capacidad de asimilación de la realidad adquiere relieve en una cultura en constante cambio y con un aumento exponencial de sus complejidades.

A su vez, la segunda opción (la de elegir un chivo expiatorio para salvaguardarse) quizás deba considerarse en relación a otras variables culturales hoy, por ejemplo la prevalencia de la mentira -a nivel institucional, familiar, individual-, una conveniente reticencia a la crítica, y la creciente validación de fenómenos de "falsificación estructural" (http://www.independnet.org/site/index.php#espacial/default/home/panel_close/panel_close_s///tendencia/c/fs_tipo_ppa=26&id_ppa_foco=1994), que van de la mano de un "marketing psicotrópico" donde se recurre al engaño para vender casi cualquier cosa.

Si se trata entonces de hacer creer, o creerlo uno mismo, no parece haber mucha diferencia realmente…

"As individuals, we create a narrative of our lives that makes sense to us, and that fits in with our concept of ourselves. Often we shape our memories accordingly."

En el artículo que les dejo, Campell analiza también fenómenos como el de la crisis del 2008 y la burbuja inmobiliaria, y ejemplifica cómo funciona este esquema de "scapegoats" (chivos expiatorios) en donde el foco siempre está puesto más allá del individuo y sus elecciones.

"How much easier it is to attribute responsibility to them (bankers, hedge fund managers, executives), rather than face the truth of our own involvement. The notion of collective responsibility is one that we prefer not to engage with."

Esta "responsabilidad colectiva" de la que habla el autor es quizás lo más cercano que encontremos en referencia a la cultura. Claro que como Campell intuye, ésta siempre pareciera salir airosa ante las acusaciones.

The thrill of blaming others
http://www.salon.com/2012/01/29/the_thrill_of_blaming_others/

Riorevuelto
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