Una (sospechosa) nueva normalidad

Al vertiginoso paso que llevan los manuales de diagnóstico de enfermedades mentales, pronto hasta el gusto por cierta clase de películas, o el ser diestro o zurdo podrá considerarse un padecimiento a ser tratado -si es posible con medicamentos. Y es que en las últimas décadas el número de desórdenes reportados por esa supuesta biblia de la psiquiatría que es el DSM (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders) se han multiplicado exponencialmente.

A tal punto ha llegado esta locura que en lo que será la más reciente revisión del mismo se han agregado algunas "nuevas enfermedades" que sugieren medicar emociones como la tristeza, la timidez o la rebeldía, que pueden tener una correlación con situaciones que no requieren tratamiento médico, generándose así un peligroso estándar en el diagnóstico de enfermedades y alimentando la tendencia de la sobremedicación tan común en diversos lugares del mundo hoy.

Simultáneamente, resulta interesante detenerse a considerar las emociones que están siendo señaladas como anormales o dañinas, sensaciones que bajo otra luz podrían considerarse indicadores naturales de malestares más integrales en la vida de una persona (tristeza), o meras reacciones ante el desacuerdo o la falta de identificación con determinadas cuestiones (rebeldía). Emociones que bien podrían estar sirviendo como señaladores o incluso catalizadores de cuadros más complejos que lo que la prescripción del psiquiatra indica, y que con estas medidas se pretenden "achatar" o "atenuar".

Este reacomodamiento estratégico de "nominalidades", como charlábamos el jueves en el Club, permite establecer un mapa de lo real diferente, en donde al desdibujarse lo que podemos considerar enfermedad y lo que no, termina prevaleciendo la idea de que todos estamos afectados por algún que otro padecimiento, llevando al terreno del análisis médico/técnico ciertos síntomas que requerirían de una lectura más cultural que otra cosa.

Es por eso que cuando nos encontramos con un diagnóstico como el de "Trastorno oposicionista desafiante", cuyos síntomas son "adolescentes que desafían reglas y discuten excesivamente con adultos", hay que preguntarse si esta maniobra no se asemeja más a una evasión deliberada de problemáticas presentes que al descubrimiento de una peculiar patología.

Quizás se piense que si se insiste lo suficiente con esta "nueva normalidad" las preguntas acerca de los malestares, las sospechas respecto de lo que se presenta, simplemente cederán. Tal vez incluso se genere un acostumbramiento a esta normalidad, y entonces la gente comience a mostrar nuevamente síntomas de insatisfacción o incomodidad no resueltos, y se deban pensar otras enfermedades para tratar…

Timidez, tristeza y rebeldía Nuevas "enfermedades" polémicas
http://www.clarin.com/sociedad/salud/Timidez-rebeldia-Nuevas-enfermedades-polemicas_0_661733889.html

Therapists revolt against psychiatry's bible
http://www.salon.com/2011/12/27/therapists_revolt_against_psychiatrys_bible/

Riorevuelto
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