Un malestar subterráneo para el mundo desarrollado

Por Laura Marajofsky

“En un tiempo definido por el progreso social e innovaciones increíbles, nunca hemos estado tan abrumados por la tristeza o más consumidos por el daño que nos hacemos a nosotros mismos”

Este potente prólogo es el comienzo de un informe especial sobre la epidemia de suicidios en los EEUU publicado hace una semana en la revista Newsweek. Tomando como punto de partida resultados del CDC (Centers for disease control and prevention) dando cuenta del aumento en la tasa de suicidios en la última década (http://www.cdc.gov/mmwr/preview/mmwrhtml/mm6217a1.htm?s_cid=mm6217a1_w ), particularmente en la franja de los Boomers, el material va mostrando un panorama mucho más complejo e inesperado de lo que cualquiera podría imaginar.

Como se explica en la nota ya no sólo es posible hablar de “una nueva epidemiología” del suicidio, sino que lo que en un comienzo podía parecer sólo un “glitch” generacional circunscripto a un grupo específico de la población, con una mirada más profunda muestra señales de ser algo que afecta a distintas capas de la sociedad.

Al parecer el crecimiento de esta tendencia fue tan progresivo que pasó casi desapercibido aún para muchos especialistas. De acuerdo al National Violent Death System (un registro federal sobre muertes por suicidio en los EEUU) ha habido casi un 20% de aumento en la proporción anual de suicidios. Asimismo, el reporte GBD (Global Burden of Disease) editado por el Institute for Health Metrics and Evaluation, indica que en el mundo desarrollado durante el 2010 el suicidio se convirtió en la primera causa de muerte para gente entre los 15 y los 49 años de edad, superando a los accidentes automovilísticos y a las afecciones cardíacas (ver gráfico adjuntado).

Simultáneamente, si sólo nos remontamos a los datos del CDC mencionados al comienzo, es muy llamativo el aumento en la proporción de muertes autoinfligidas en la franja etaria de los 35 a los 64 años en la última década, pasando de 13.7% en 1999 a 17.6% en 2010. Como destacaron varios medios (http://www.salon.com/2013/05/03/more_people_in_u_s_die_from_suicide_than_car_accidents/), estas cifras marcan un aumento de casi un 30% y establecen un antecedente insólito: en el 2010 en esta franja hubo más muertes por suicidios (38,364) que por accidentes de auto (33,687).

Más allá de todos estos números que les dejo acá, lo que quizás es insoslayable es que algo está sucediendo, y que diversas problemáticas subyacentes que hemos estado monitoreando estos años (epidemia de depresión, aumento de adicciones, desconsideración por la vida, etc.) podrían estar decantando en este momento. A su vez, este fenómeno es especialmente complicado de analizar ya que no sólo cuesta medir y proveer data confiable al respecto, sino que hay una propensión a sub-reportar el tema y a no discutirlo -precisamente por el estigma que el suicidio carga todavía hoy día.

Sea como fuere lo que también es evidente es que no parece haber muchos modelos o teorías dando vueltas que puedan ofrecer alguna elaboración nueva sobre el fenómeno. En cambio hay que contentarse con modelos predecibles que apuntan a las mismas cuestiones de siempre: soledad debido a la desintegración de la familia, sensación de ser una carga para la sociedad y eventualmente una habilidad para poder con el tiempo considerar semejante acto. Así por lo menos lo explica Thomas Joiner, quien se ha pasado la última década estudiando el tema. Difícil es encontrar alguna vinculación con el hecho de que cada vez más gente viviendo en esta cultura está deprimida y desmotivada… independientemente de si está sola o en familia, o de si tiene un trabajo bien remunerado y obra social.

Cierro con una frase que condensa el aparente dilema de muchos países desarrollados…

“Suicide is not an economic problem or a generational tic. It’s not a secondary concern, a sideline that will solve itself with new jobs, less access to guns, or a more tolerant society, although all would be welcome. It’s a problem with a broad base and terrible momentum, a result of seismic changes in the way we live and a corresponding shift in the way we die -not only in America but around the world.” (http://www.thedailybeast.com/newsweek/2013/05/22/why-suicide-has-become-and-epidemic-and-what-we-can-do-to-help.html)

Recomiendo además escuchar la breve intro del Club I+ del 16/05 sobre todo esto: https://www.riorevuelto.org/2013/05/16/reunion-no-8-de-club-i-temporada-2013/

*Referencias para el gráfico: Institute for Health Metrics and Evaluation, Global Burden Disease 2010, franja de los 15 a los 49 años de edad (países desarrollados).

Riorevuelto
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